Revista Proyexión Guaymas: YA NO QUEREMOS MÁS TOROCOYORIS

YA NO QUEREMOS MÁS TOROCOYORIS

domingo, agosto 09, 2020

Proyexión XXI.- En Vícam, Sonora, es mediodía con el sol ardiente de agosto, bajo una ramada donde sobresalen sombreros, pañuelos y paliacates que limpian sudores, en el centro político de los pueblos yaquis se recuerda Lázaro Cárdenas, quien ha sido el único mandatario que hizo justicia, al reconocerles un territorio aproximado de 485 mil hectáreas. Su nieto, Lázaro Cárdenas Batel, con cubrebocas, escucha en silencio con los brazos cruzados.

Ahí están los representantes de todos y cada uno de los ocho pueblos: Vícam, Tórim, Bacum, Cócorit, Potam, Rahum, Huirivis, y Belem.

Ya no quieren más torocoyoris, (traidores que los han despojado de su patrimonio), dicen. En la carretera suenan las palabras “ania intom waasa ” (¡Defenderemos nuestras tierras!), al mismo tiempo los ganaderos de Buenavista se quejan de que los yaquis quieren quitarles tierras, éstos “otros” yaquis pusieron tráilers para evitar el paso.

La secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, empieza con el discurso propagandístico de que por siglos los yaquis trataron de ser silenciados por los gobiernos anteriores, cuando es interrumpida para rendir tributo a las víctimas del Covid 19.

Se escuchan en el viento algunas demandas que han escrito los yaquis, en defensa de su territorio por el acueducto: “Nuestros derechos sobre la tierra y el agua siempre han sido cuestionados; gobiernos van y gobiernos vienen y siempre lo mismo; los gobiernos cegados por la ambición y el desprecio a nuestra forma de organización y concepción de la vida han mantenido dividida a una buena parte de nuestros representantes, mas no han podido dividir ni al pueblo ni a las tropas que siguen unidas en la defensa del territorio y el agua. Los gobiernos en turno han vendido buena parte de nuestras aguas a empresas mineras, y a productores agrícolas del Valle del Yaqui y Mayo, obteniendo jugosas ganancias de las cuales la Tribu Yaqui no ha sido beneficiada de ninguna forma”.

Por culpa de los torocoyoris, dicen las consignas de los yaquis, “antes de la instalación de presas sobre el cauce del Río Yaqui, se sembraba una superficie aproximada de 70 mil hectáreas solamente, con las venidas de las crecientes del río; después que se instaló la presa solo nos dejaron para siembra 24 mil hectáreas con dos cultivos al año, pero con la instalación de las otras dos presas solo se siembra un cultivo al año y la superficie agrícola se ha reducido a 18 mil hectáreas y el río se ha secado totalmente. Según Conagua le entrega a la tribu 250 millones de metros cúbicos al año lo cual no creemos, porque solo se riegan 18 mil hectáreas; pero suponiendo que sea cierto, entonces ¿Dónde queda el resto del agua que nos corresponde? Según cálculos y estudios que se han realizado solo de La Angostura se captan 800 millones de metros cúbicos de agua, sumando las captaciones en la presa del Novillo y del Oviachic deberíamos tener abiertas al cultivo mínimamente 80 mil hectáreas con los volúmenes de agua que nos corresponde”.

Y de ese despojo culpan a los traidores: “los torocoyoris, históricamente han sido los que han traicionado y servido incondicionalmente a las órdenes del gobierno; por esta razón se les repudia y lamentablemente esta persona arrastra consigo a sus familiares más cercanos, quedan marcados y señalados por las acciones de sus padres o familiares. En la comunidad son ampliamente conocidos y señalados pero su ambición personal los ciega y justifican su actuar argumentando que no se puede luchar contra el gobierno, porque es poderoso y primero está la seguridad de su familia. En recompensa a su traición, el gobierno les dio el título de auténticos consagrados”.

Un López Obrador, de guayabera, sin cubrebocas, que se limpia el sudor con un pañuelo, no atina mas que culpar a quienes ancestralmente y desde la conquista han despojado a los yaquis, y encarga la coordinación de la Comisión recién creada a Adelfo Regino.

Los Yaquis no se confían: Traición y Torocoyori comienzan con la misma letra, la T de la 4T.

Algunos observadores suspicaces se percataron que entre los funcionarios de López Obrador, hay quienes no usan el cubrebocas cuando están con el mandatario pero, cuando se van del lugar de inmediato se lo ponen, seguramente para evitar el contagio del terrible virus, es una señal inequívoca de miedo más que el respeto, lo que a decir verdad es lamentable, porque con esa actitud se define el carácter del patrón.

Mientras tanto, decenas de manifestantes lo estaban esperando con un bloqueo total de la carretera federal México 15. El mandatario pernoctó en las instalaciones del LX Batallón de Infantería de la Comisaría de Esperanza, pero al amanecer llegaron comuneros de Buenavista los que le plantearon un problema de tierras con la tribu yaqui. Esto fue solo el comienzo de los reclamos que le esperaban como también las inconformidades contra el gobierno de Sara Valle Dessens, sí ese, el del desorden, el de la inseguridad, el de la oscuridad, descrito tal cual en las múltiples narcomantas.

También estuvo en la escena un grupo de Frena que organiza manifestaciones contra el gobierno de López Obrador y de la CNTE con quienes protagonizaron un acalorado desencuentro verbal caracterizado por el fanatismo con el que algunos defienden al Presidente.

Estuvieron en el lugar familiares del periodista Jorge Miguel Armenta, ejecutado el pasado 16 de mayo, viudas de policías caídos en el cumplimiento de su deber abandonadas a su suerte y Madres Buscadoras de Sonora, hicieron reclamos a la justicia y contra la gran violencia que sigue de mal en peor.

Lo mismo que padres y madres de niños con cáncer que piden la intervención del mandatario y miembros de la tribu Yaqui de Loma de Guamúchil también hicieron reclamos.

Además exigen el pago de derechos por el paso de la fibra óptica de Telmex, vías del ferrocarril, acueducto Yaqui-Guaymas, Oleoducto Pemex-Guaymas-Ciudad Obregón, gasoducto, líneas de torres de transmisión eléctrica y proyectos de construcción de un acuaférico a Hermosillo, entre otras demandas.

Esto aunado al calor de 40grados Celcius, no fue precisamente un día de fiesta para el presidente. Son problemáticas comunes en todo el país, pero los funcionarios de su gobierno no se lo dicen porque le tienen miedo y para calmarlo hasta dejan de usar el cubrebocas, lo que es más: El presidente literalmente hizo "nanajria" (les sacó la vuelta) a los manifestantes, y dejó la bwania baakot (víbora chillando).

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