Esa es toda la seguridad que tienen los pescadores cuando salen a altamar, a pesar de que hombres armados han perpetrado 15 asaltos en los últimos dos años a las embarcaciones de pesca.
"Andamos a la buena de Dios porque no tenemos protección de ninguna forma; ni por Capitanía, ni por la Armada de México ni por nadie", dijo Trinidad Flores, pescador del barco Siete Hermanos.
"Si hay peligro encima activamos una alarma que traemos abordo, pero muchas veces esa alarma no es efectiva, es lo único que traemos de protección".
El problema al que se enfrentan los pescadores es que las alarmas y los radios no resuelven en lo inmediato los llamados de emergencia, pues una embarcación sospechosa vista desde lejos llega más rápido que las patrullas océanicas.
Un asalto puede cometerse inclusive más rápido que el tiempo de respuesta, coincidieron los pescadores.
"Sí se ocupa más seguridad marítima. Cuando uno avisa llega el resguardo marítimo a ayudar, pero cuando ya pasó toda la fiesta", comentó Rosario Vázquez Osuna, miembro del barco Redes Segundo.
Otros pescadores aseguraron que entre ellos, cuando se encuentran en altamar, se envían señales de radio para avisar cuando alguna "panga" sospechosa está próxima.
Pero aún así un asalto puede consumarse al forzar con armas la detención de los camaroneros.
"Nos enviamos señales pero aún así está peligroso, los piratas llegan, nos paran, se suben, nos meten a la congeladora y se llevan el camarón. Necesitamos que realmente se patrulle", expuso otro pescador que solicitó el anonimato.
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