De los 5 nuevos puertos de altura prometidos en 2007, no hay ninguno en 2012. El proyecto bandera del sexenio calderonista, el puerto y plataforma logística de Punta Colonet, se quedó sólo en el papel. ¿Por qué fracasó el plan portuario del sexenio? Nicolás Lucas El presidente Felipe Calderón no sólo incumplió las metas en materia carretera y aeroportuaria. También se hundió en su intención de mantener al día a la infraestructura portuaria mexicana. La administración calderonista prometió en 2007 la creación de 5 nuevos puertos, entre ellos la ejecución del proyecto Punta Colonet. Sin embargo, a octubre de 2012, ninguna de estas infraestructuras es una realidad. En 2007, Felipe Calderón prometió en su Programa Nacional de Infraestructura (PNI) inversiones en el sector por 71,000 millones de pesos y la posibilidad de crecer tales recursos hasta los 110,000 millones. No obstante, a 6 semanas de que su gobierno se extinga, el sector portuario se halla más a la deriva en el mar de los proyectos calderonistas que rumbo a buen puerto, pues el sector sólo ha recibido 45,600 millones de pesos, como expone un informe de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). En el Programa Nacional de Infraestructura se contemplaba hace 5 años la creación de los nuevos complejos portuarios de Manzanillo II o Cuyutlán, en Colima; Puerto Morelos, en Chiapas; Seybaplaya, en Campeche; Veracruz II, en Veracruz, y el sonado proyecto de Bahía Punta Colonet, en Baja California. Pero ninguno existe ahora. Todos naufragaron en distintas fechas y por distintas circunstancias. Felipe Calderón igualmente prometió modernizar, remozar o ampliar otros 17 grandes puertos, ampliar 5 puertos menores más y construir 13 nuevos muelles para cruceros. Pero en el V y VI Informes de Gobierno del mandatario no se especifica con claridad qué es lo que se ha conseguido en cualquiera de estos rubros, como si la información se la hubiese llevado la marea de la opacidad. Puertos varados En el VI Informe de Gobierno de Felipe Calderón, en el aparatado 3 ‘Indicadores del Programa Sectorial de Comunicaciones y Transportes 2007-2012, Sistema Marítimo-Portuario’, se lee que el “estimado” para 2012 es construir 1 sólo puerto “en su primera etapa”, mientras que la meta para todo el año es levantar 4 complejos portuarios, 1 menos a lo proyectado en 2007, pero que aún así no ayudará a cumplir con el objetivo marcado. En materia de la ampliación, hay escasa luz sobre las ampliaciones de 5 puertos. Mientras, en el rubro de los muelles, el informe presidencial de actividades resalta que se construyeron 2 en 2007, 1 más en 2008 y otros 2 en 2010, mientras que la meta para 2012, según el apartado, es edificar 8 muelles, nuevamente, una cifra mucho menor a lo estimado al comienzo del sexenio, que tampoco será una realidad en lo que queda del mandato. En el V Informe de Gobierno se arrojan otros datos que pueden completar lo que dice el informe de labores presentado hace unas semanas por Felipe Calderón. Según esa referencia, hasta 2011, sólo se habían construido 5 nuevos muelles en los puertos de Guaymas, Manzanillo, Mazatlán y Puerto Vallarta. Todas estas obras se llevaron una inversión de 636 millones de pesos. Los informes no van más allá y sólo se quedan en que la cifra que ha invertido la administración calderonista en los puertos “casi” alcanza los 50,000 millones de pesos al 1 de septiembre de 2012, pero hasta comenzar el año las inversiones sumaban apenas 39,355 millones, muy lejos de los 71,000 millones prometidos inicialmente, es decir, al comenzar octubre las inversiones llegaban apenas a 70% de lo comprometido en 2007. Más que en la opacidad, todo lo relacionado con los puertos mexicanos viaja en la popa del barco de Felipe Calderón que significa su gobierno, pues en el reciente informe de la SCT sobre lo que la administración federal realizó en la materia en todo el sexenio, la dependencia apenas le dedica escasos 8 párrafos al sector en las 7 páginas de informes. Pese a este panorama, el sector portuario mexicano supo mantenerse a flote aún con las marejadas de la recesión de 2009, la inseguridad y hasta en cierta medida la desatención de las autoridades encargadas de velar por su competitividad. A buen puerto El que la meta en inversiones esté a un paso de incumplirse no significa que la administración calderonista sea la completa responsable del sumergimiento del rubro en los últimos 5 años. Lo cierto es que la legislación en la materia y el desconocimiento o desinterés de los inversionistas también provocó que el sector portuario mexicano casi quedara en la deriva total. En particular, en los puertos Manzanillo, Veracruz y Coatzacoalcos hubo importantes inversiones que en su conjunto sumaron cerca de 6,100 millones de pesos al cierre de 2011, cifra que aumentará, pues estas obras están por entregarse. En Boca del Río, Punta Azul, en Veracruz y en Yukalpetén, El Cuyo y Telchac, en Yucatán, así como en Boca La Palmita, en Sinaloa, también hubo otras inversiones menores. Que no se cumplieran algunas de las expectativas no quiere decir que el gobierno federal no se haya encargado de generar las condiciones necesarias, pues “se encuentra limitado” por legislaciones que rayan en la obsolescencia y que es responsabilidad del Congreso resolver, pero está “mas atado y privado en los temas políticos” que en los de desarrollo, opina Eduardo Egremy, abogado de Comunicaciones y Transportes de la consultora Basham, Ringe y Correa, especializada en temas portuarios. “El gobierno puede tener todos los objetivos y con perspectivas y condiciones a cumplirse en determinado tiempo, pero también se necesita la participación de la iniciativa privada, porque la infraestructura y proyectos de desarrollo portuario requieren inversiones multimillonarias y en dólares. Debe recordarse que el Estado no es un inversor, sino un promotor”, agrega el analista. El hecho de que la Constitución limite la participación de extranjeros en la compra de tierra para desarrollar proyectos pegados al mar, explica Eduardo Egremy, también hunde sus aspiraciones y las del sector portuario de mantenerse competitivo. Navegar contra corriente Los magros avances conseguidos exhiben que los puertos no fueron prioridad en el sexenio de Felipe Calderón, porque lo “más importante” fueron las carreteras, afirma Héctor López Gutiérrez, profesor de la División de Estudios Superiores de Ingeniería en Construcción de Obras Marítimas de la Facultad de Ingeniería de la UNAM. De haber contado con una estrategia definida y actualizado hace 5 años la Ley de Puertos a las “nuevas dinámicas” de los puertos, afirma el experto, se habrían detonado nuevos polos de desarrollo, incluso, importantes inversiones del sector automotriz habrían elegido plazas cercanas al mar para exportar vía marítima y no por tierra sus vehículos. “Hay una percepción equivocada: consideraron a los puertos sólo como infraestructura, sólo invertir. Pero los puertos ahora son centros de negocio que dejan derramas para las regiones. Había y todavía hay oportunidad de desarrollar los litorales. El sector no quedó a la deriva como tal, pero se debe contar ya con una política económica enfocada al desarrollo comercial y no puramente al desarrollo de infraestructura, esto ya no funciona así, como hace 50 años”, dice el académico de la UNAM. También, agrega, hace falta generar una “cultura marítima” porque el mexicano sólo ve a sus litorales como “espacio de recreo” y no como “plataformas en serio y de primera” para salir a competir con el mundo. Pero no todo está perdido. Cierto es: el proyecto bandera de Felipe Calderón y también el de Vicente Fox en el sector, Bahía Punta Colonet, el que por sí solo hubiera generado inversiones por cerca de 5,000 millones de dólares y desahogado el tráfico de mercancías en el puerto de Long Beach y con el resultado de crecimiento económico para Baja California, no fue y no será en este sexenio, pero aún tiene viabilidad, como muchos otros proyectos que ahora parecieran estar hundidos. “Los cambios y las desviaciones respecto a lo considerado” en los puertos obedeció a variantes como la crisis económica y las indefiniciones legales, lo mismo que le ocurrió al sector carretero, explica Alejandro Villarreal, socio de la Práctica de Infraestructura de KPMG México. Pero esto no significa que los proyectos se suspendan, pues el analista asegura “que no hemos tenido información directa de que alguno de estos (proyectos) se cancela; al contrario. En varios (casos), se están haciendo revaluaciones y sí hay interés de la siguiente administración (de echarlos para adelante), porque se les van a entregar esos estudios de revaluación”, asegura. Lo que ahora importa es que mientras más tarden en retomarse los proyectos portuarios, más competitividad global perderá México, dice el analista de KPMG. “El dolor de cabeza vuelve a ser el factor tiempo.”
Naufraga el proyecto portuario de Felipe Calderón
martes, octubre 09, 2012
Publicado a las 21:52
LOCAL, SONORA, NACIONAL, MUNDO, PROYEXION NACIONAL
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